6. MANALI

16:47





Nos introducimos en el valle de Kullu por una carretera impresionante, entre montañas, ríos, campos de té y terrazas de arroz, hasta llegar a Manali, que cuenta con una zona rural con antiguas y tradicionales  casas de madera himalaya, con mucho encanto. En el Templo de Hidimba Devi, conocemos algunas de las  tradiciones de esta población.







Ruta de Dharamsala a Manali



De Dharamsala nos dirigimos a Manali, a 235 km, por una carretera impresionante, entre verdes valles, imponentes montañas, ríos, terrazas de arroz, campos de té, monasterios y pequeñas aldeas. Un paisaje prodigioso que nos mantiene en vilo durante todo el trayecto.














Durante nuestro trayecto, en algunos tramos, vemos el sistema de transporte que utilizan para desplazarse de una orilla a otra, ante la inexistencia de puentes e infraestructuras y que se efectúa a través de unos cables por los que se deslizan las personas. 




El valle de Kullu es también denominado valle de los Dioses, por ser punto de reunión de 360 divinidades de diferentes templos, de la región 




Paramos en una aldea. Alrededor de un árbol de Nim (uno de los árboles sagrados de la India),  unas mujeres  rodean el tronco con unas cuerdas de colores, hacen sus ofrendas y lanzan plegarias.


A 40 km de Dharamsala,  se encuentran las extensas plantaciones de té de Palampur.




En el pueblo de Naggar, antigua capital del reino de Kullu, visitamos un castillo medieval construido originalmente por rajas sijs, en 1460, con piedra y madera finamente trabajada. Convertido en hotel, en 1978,  cuenta además con un buen restaurante.

La belleza del palacio se complementa con las magníficas vistas al valle.


Balcón con maderas hermosamente talladas.


En el patio del castillo se encuentra el templo Jagtipath, que alberga una losa de piedra que dicen fue traída hasta aquí por abejas silvestres.



Por la tarde llegamos a MANALI, una pequeña ciudad del valle del río Beas, situada a una altura de 1.950 m sobre el nivel del mar, entre las montañas del Himalaya. Pertenece al estado de Himachal Pradesh.

Nos hospedamos en Casa Bellavista Resort (Log Hut Area, Manali), un negocio montado por una joven pareja: Marta, natural de Sabadell, casada con un indio, que vino a recibirnos muy afectuosamente y nos explicó que llevaba ocho años en el país. Había llegado hasta allí después de haber estado viajando sola más de dos años y conoció a su marido en un curso de yoga, justo en el momento en el que había decidido marcharse a Japón, a trabajar, dando clases de español e inglés. Cuando decidieron casarse tuvieron que superar las  dificultades impuestas por la familia tradicional de él.

 El lugar era muy agradable y estaba bien situado. Pero lo que más ilusión nos hizo fue  cuando nos dijo que en su restaurante podíamos comer de todo, incluso verduras crudas, puesto que utiliza un líquido desinfectante para lavarlas  ¡Y hasta una excelente tortilla de patata y una ensalada aliñada, con aceite de oliva, comimos un día|


Un momento de relax, sentados al atardecer en el jardín entre las montañas y el valle del río Beas.


 Manali está dividida entre la moderna Manali y la vieja Manali.

La moderna Manali es sumamente fea y bulliciosa.  Está llena de tiendas, cafeterías y restaurantes donde sirven comida local a precios  bajos.



















Old Manali es la parte antigua de la ciudad, que se despliega en la ladera empinada de la montaña, después de atravesar el único puente que hay.

Introducirse por Old Manali es como entrar en otro mundo: Las estrechas calles y las tradicionales casas de madera himalaya, con tejados de pizarra, dan al viejo pueblo un encanto especial.


En la construcción de templos y casas de la región del Himalaya,  la arquitectura indígena  se llama Kathkuni y es especial para adaptarse a las condiciones climáticas. Típicamente, las casas suelen tener dos o tres pisos y la planta baja se utiliza como establo, mientras que el espacio habitable se encuentra en la parte superior, cubierto por el tejado de forma triangular para que la lluvia y la nieve no se acumule. El uso de materiales como la madera del cedro, junto con las losas de piedra, ayudan a las casas a soportar los largos períodos de corrosión causada por el agua.  Las pequeñas ventanas, que rodean  la zona de estar, se abren directamente ante la vista de las montañas. 







Entre la rica vegetación, la marihuana crece salvaje y abundante por todo el valle. Old Manali es un popular lugar de reposo para hippies. 












Muchas familias del Viejo Manali tienen vacas.


Las mujeres se ciñen el pelo con llamativos pañuelos de colores y llevan joyas preciosas adornando su pelo y su cara, además de brazaletes, collares, pendientes, anillos, ...


















Los hombres lucen bonitos casquetes de lana con bordados de colores.




Puertas y ventanas, de la parte inferior de las viviendas, están bellamente pintadas en marrón y amarillo con antiguos símbolos.













En los patios de las casas el telar está siempre dispuesto para ser utilizado. La región tiene una rica tradición de la artesanía y telares manuales.



Las mujeres tejen y crean bonitos tejidos que luego venden en el mercado de Manali: jerseys, bufandas,  chales bordados, alfombras  y demás prendas de lana.








A unos 2 km al norte de Manali, en la ladera sobre el río Beas, se encuentra la aldea de Vashisht, famosa por sus aguas termales.

Las mujeres aprovechan las calientes aguas para lavar la ropa y bañar a los niños.










Las mujeres llevan grandes cestos para trabajar en el campo.



A un kilómetro y medio de Manali, en medio de un bosque de imponentes cedros himalayos, se encuentra la Pagoda del Templo de Hidimba Devi, un lugar de peregrinación al que se rinde culto incluso desde pueblos vecinos, consagrado a la diosa Hidimba (o Hirma). Fue construido en 1553, alrededor de una cueva natural que albergaba la huella de las pisadas de la mujer-demonio Hidimba.

Cuenta la leyenda que el Maharaja Bahadur Singh, que mandó construirlo, quedó tan satisfecho que ordenó cortar la mano derecha del artesano para que no pudiera repetirlo.




El templo de cuatro pisos y de tipo pagoda, está situado en una plataforma elevada de piedras y rodeado por un denso bosque de cedros .


En el interior del templo no hay ninguna imagen, sólo una piedra con la supuesta huella de la diosa. En el momento que lo visitamos estaban preparando una ceremonia.






La gente se reúne alrededor del templo. Son muy sociables y les gusta conversar.












Old Manali es una de las zonas que más nos gustó, su vida rural y tranquila tiene mucho encanto. Cuando nosotros estuvimos no había mucho turismo y el tiempo era fresco y agradable.

Por la noche una fuerte tormenta azotó toda la zona. Al día siguiente teníamos que partir hacia Leh, pero tuvimos que retrasar la salida. La lluvia había anegado caminos y carreteras y no sabían si podríamos llegar. Tuvimos que esperar hasta el día siguiente que nos autorizaron la salida.

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